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miércoles, 3 de julio de 2013

Afinando la máquina!

 
A finales del año pasado, tras la última carrera de montaña que realicé en el mes de noviembre, decidí volver a correr sobre asfalto y todo lo que ello conlleva.

Para los que me conocen, empecé a hacer atletismo por medio de unos amigos que ya estaban en el club del pueblo, así que en categoría cadete decidí unirme al club y empezar el camino que me lleva hasta aquí.

Antes otros muchos deportes había realizado, tanto deportes de equipo cómo individuales, pero nunca me había dedicado tanto a un deporte. Fui adaptándome poco a poco, a los entrenamientos, a las competiciones, al ambiente...todo seguía su curso y con ello la exigencia que yo tenía sobre mí mismo.

Llego un día que los compañeros que me hicieron entrar al club, empezaron a trabajar y con ello empezaron a ir abandonando la práctica del atletismo. Y el quedarme sólo no hizo más que dedicarme con más ganas y motivación. Fui madurando hasta el punto de llegar a un nivel bueno para mi y pase a hablar con quien sería mi entrenador en el mejor año de atletismo hasta la fecha.

Ramón me hizo ganar en carácter y en la visión de cara a los entrenamientos y sobretodo en la exigencia de las competiciones. Un año complejo, trabajando en el club como entrenador, en una piscina como monitor y en tercero de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Realicé ficha por un club de atletismo de Castilla La Mancha, donde me trataron  con cariño y con un apoyo increíble a la gente y con una ilusión impagable.

Llegó el decidir seguir con los estudios a tope o dedicar más tiempo a los entrenamientos, ya que el nivel de la gente que estaba por delante era para estar haciendo dobles sesiones de entrenamientos diarias y eso conlleva apartar algunas cosas.
 
Decidí seguir con mis estudios que era algo seguro y así lo hice.
 
Luego dejé de competir en atletismo para pasar a conocer otros mundos, triatlón, carreras de montaña...y ahora vuelvo a entrenar sobre asfalto y vuelvo a disfrutar como antes.
 
Las circunstancias cambian, los motivos también, pero la verdad es que esa sensación de estar tú sólo frente al entrenamiento, buscando superarte día a día, es algo que no tiene precio y que por mucho que cueste madrugar o por mucho que duelan las piernas del día anterior, siempre hay fuerzas para seguir adelante.
 
Seguiré disfrutando del correr mientras pueda y la motivación me acompañe. Ahora estoy en proceso de un proyecto de varios meses que quiero disfrutar y compartir con los que están a mi alrededor y lo sufren.
 
Os dejo, porque dentro de nada tengo que cambiarme, tengo entrenamiento, 12km de bosque me esperan para disfrutar y cargar pilas para las series de mañana! je.
 
Fuerza y Honor!!