Hoy en día ya no se cuestiona la capacidad de rendimiento de las mujeres en deportes de resistencia. Evidentemente, esto también es válido para el triatlón. Sólo hemos de recordar a Paula Newby-Fraser que en Hawai sólo necesitó 8:55 h para pasar por meta, apenas un 9,4% más lenta que Mark Allen con sus 8:09 h.
El Dr. Van Aaken ya lo demostró en los años 70: las mujeres no son velocistas sino deportistas de resistencia. Una mujer no es un cúmulo de músculos hipertrofiados sino una atleta metabólica. Es mucho más tenaz y paciente que el promedio de los hombres. En el entrenamiento es más fácil motivarla y es más constante en los mismos. Su peso medio es más bajo, igual que su porcentaje de agua y de musculatura en el cuerpo. Este último es de un promedio del 40% en el hombre frente al 23% de las mujeres. Globalmente podemos comparar el rendimiento de hombres y mujeres en el triatlón y también en el maratón, añadiendo al tiempo de los hombres un 10% para llegar a las mujeres.
Otro argumento a favor de la idoneidad de las características de las mujeres para practicar pruebas de resistencia lo da el mismo doctor y lo corrobora una de las actuales fondistas y recordwoman en el maratón y actual dominadora de pruebas de fondo, la británica Paula RadCliffe (2h 15 en maratón). El razonamiento de este doctor, secundado por médico Ignacio Romo (trabaja en el diario deportivo Marca) es el siguiente: las mujeres en general, deportistas o no, presentan el doble de tejido graso que los hombres. Los maratonianos tienen alrededor de un 6% de grasa mientras que las mujeres fondistas llegan hasta el 11%, o sea, casi el doble. Por ello mismo, este % superior de grasa es lo que sirve de argumento a Van Aaken para demostrar la futura superioridad femenina en pruebas de resistencia. Esto se argumenta analizando las características del maratón, en donde se necesitan más de 2h para cubrirlo. Así, teniendo en cuenta que la reserva que el organismo tiene de glucógeno (por la ingesta de hidratos de carbono) está agotada y ya no sirve de combustible el propio organismo recurrirá como segunda fuente de obtención de energía al uso de las grasas (en bioquímica este fenómeno se llama lipólisis), ¿y quién tenía más % para consumir? Pues las mujeres; debido a ello lo normal, es que a partir de las 2h de esfuerzo físico continuado, con las reservas de glucógeno a cero, el organismo recurra a las grasas para seguir funcionando los últimos kms del maratón... y esas grasas se acabarán antes en los hombres que en las mujeres, por lo que su máquina se agotará antes que la de las féminas. Esto, trasladado a otras pruebas de resistencia como lo es el Ironman (la disciplina triatlética por excelencia) tiene los mismos resultados y conclusiones.
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